Conocer más acerca de las várices
Las várices son dilataciones venosas circunscritas, permanentes y difusas que se localizan sobre todo en las extremidades inferiores. Constituye la enfermedad vascular periférica más frecuente, estimándose que el 15% de la población adulta las presenta, reconociendo como causas defectos en la pared y las válvulas existentes de una vena.
Se presentan más en mujeres que en varones, identificándose un factor hereditario predisponente (50%) y es conocido que el sobrepeso corporal las fomenta.
Sus manifestaciones clínicas son complejas cuando se quieren considerar todas las posibles presentaciones, pero en general es tan simple que normalmente es el paciente quien acude a la consulta anticipando el diagnóstico desde el primer momento. Es una enfermedad benigna, pero abandonada a su historia natural puede presentar complicaciones.
Muchas veces es problemático, dilucidar si son verdaderamente las várices las causas de las molestias por las que acude el paciente, o si sus síntomas obedecen a otra causa.
Por lo general, el primer síntoma que llama la atención es la aparición de dilataciones flexuosas en las piernas, que en caso de no deparar molestias ni suponer trastornos estéticos, pasan inadvertidas.
El paciente puede además consultar por experimentar sensación de fatiga y pesadez en las piernas, cuando no acompañado de edema (hinchazón) de pies y piernas, todos síntomas que empeoren con la estadía de pies prolongada y mejora al acostarse y sobre todo elevar la extremidad.
Es conveniente recordar que las várices son evolutivas, y que las dilataciones venosas aumentan lentamente, pudiendo aparecer posteriormente coloración violácea de la piel de las piernas (cianosis), pigmentación oscura (dermatitis), induración y úlceras. Las molestias son mayores con el calor y los embarazos pueden agravar la afección de modo considerable.
El diagnóstico es sencillo, y comprende el examen clínico y pruebas clínicas e instrumentales simples como es la aplicación de la técnica de la detección de ultrasonidos (Doppler) que permite una certificación diagnóstica entre otros métodos.
El tratamiento luego de un correcto diagnóstico, puede abarcar dos ámbitos:
- Tratamiento médico. Medidas higiénico dietéticas, Destinado a controlar los síntomas y mejorar la calidad de vida del paciente, permitiéndole la continuidad de su actividad social y laboral. Incluye : dieta equilibrada, reposo temporario durante el día, actividad física moderada, entre otras.
- Tratamiento quirúrgico: Seguro, simple, solución de la afección de base y habitual en la práctica diaria del especialista.
Recuerde
- La consulta al especialista efectuada a tiempo, es preventiva y asegura en ocasiones tratamiento preventivo.
- No menosprecie las manifestaciones clínicas, pues libradas a su evolución las várices pueden tener complicaciones.
- El diagnóstico es simple y su tratamiento en manos capacitadas aportan soluciones definitivas.
- Evite las recetas mágicas o tratamientos milagrosos; su problema tiene solución en manos del médico.
Imagen extraída de: www.elnueve.com
