Logo Preloader

Niños y adolescentes. Qué hago cuando no para de comer


23/03/2018 Salud

Algunos padres ven como sus hijos e hijas comen de manera casi insaciable. Si esto ocurre de manera mantenida durante un período de tiempo más o menos prolongado, lo más probable es que terminen con exceso de peso e incluso con obesidad. Ante este problema la simple repetición de frases del tipo 'no comas tanto' no suele dar ningún resultado.

Cuatro son las causas más frecuentes de ingesta compulsiva.

  • La ansiedad. La ansiedad se calma, de manera puntual y pasajera pero eficaz, comiendo. Es por tanto urgente que indagues qué pueden estar temiendo tus hijos. Para ello, tendrás que detenerte en sus estudios, la relación con sus iguales, con sus hermanos, etc.
  • El miedo a hacerse mayores. Un tema que afecta especialmente a niños a partir de los 12 ó 13 y de niñas a partir de los 11 años.
  • La insatisfacción. Comer es un placer, lo que hace que muchas personas, también los niños, exageren este placer como forma de compensar insatisfacciones en otros aspectos de la vida. Debemos pues hacer pesquisas en los mismos aspectos que en el caso de la ansiedad.
  • El observar la misma conducta en los adultos. En este caso es fácil saber qué debemos hacer para que no aprendan este comportamiento. Dar ejemplo.

Mientras que se avanza en estas cuestiones de fondo algo hay que hacer. La ingesta excesiva de los hijos más pequeños es relativamente fácil de controlar, ya que de vosotros depende qué comen, cuánto, en qué orden, etc. Con los más mayores es una tarea más difícil ya que son más autónomos y menos controlables.

No debemos ridiculizarles por su comportamiento, ni tampoco castigarles. Con ello únicamente conseguiríamos aumentar su ansiedad y su insatisfacción. Más prudente es señalarles lo perjudicial de su forma de comer, expresarles de manera no verbal -con gestos y con un apropiado tono de voz-, apoyo incondicional, prepararles comidas saciantes pero no muy calóricas, y aplaudir cada comida relajada y no excesiva que observemos.

Qué hago cuando: sólo come lo que quiere (y cuando quiere)

Como padres y madres tenemos la autoridad necesaria y la posibilidad práctica de controlar qué comen y qué no comen nuestros hijos e hijas en el domicilio familiar. ¿Por qué entonces algunos hijos finalmente sólo comen lo que desean? ¿Cómo consiguen quebrar la voluntad de los padres? ¿Por qué mecanismo los padres sucumben y finalmente les dan aquello que los niños desean? ¿Por que no concientizarlos de la importancia de una alimentación variada y equilibrada?

El chantaje emocional es la clave, la respuesta a estas preguntas

Patalear, llorar o gritar en el caso de los más pequeños, o bien poner cara de disgusto o de rechazo a los padres, de sufrimiento, de ser incomprendidos, etc. Son armas que sirven a los hijos una y otra vez para que les den más de determinados platos para compensar lo que no consumen de otros. En definitiva, para que el hijo o la hija una vez más se salga con la suya.

Si ponen a su alcance, una y otra vez, los alimentos que consideran oportunos, sin presionar, sin dejaros chantajear, sin darles más de esto porque no consumieron de aquello, sin rechazar al niño haga lo que haga, sin enojarse... Ellos sabrán que se quedarán con hambre, y en ese hambre llevan su penitencia por no haber aprovechado los platos que son menos de su gusto. Esta debe ser una actitud firme, pero sin enojos y mantenerla a lo largo del tiempo.

No deben dejarles dinero a su disposición para calmar su hambre entre comidas con dulces o alimentos "basura". Y cuándo ha pasado un tiempo prudencial deberás levantarles de la mesa, hayan comido lo que hayan comido.

Si los padres tienen la convicción de que están obrando bien no tendrán dificultad en mantener esta postura y poco a poco vuestros hijos irán tanteando el consumo de esos alimentos que no les son muy gratos en principio.


Foto extraída de: www.webconsultas.com


Últimos Artículos